Todo por La Banca

Hemos pasado del todo por la patria al todo por la banca. De qué, si no, estamos como estamos. Y lo curioso es que en el ideario popular todavía persiste la imagen del paleta ido a más a base de pelotazos. Pelotazos que en muchos casos sirven incluso de firma ya que al personaje en cuestión le resulta más fácil estampar una huella que escribir su propio nombre.

Bien es cierto que en la fauna ibérica, habitó una especie, nada discreta y fácil de avistar. Llegada a cierta edad, muchos individuos de la especie, abandonaban a la María que le había aguantado sus borracheras y malos olores durante años para irse con una señorita de esas que les gustan los viejos, pero como la mojama.

Viagra para el milagro con la señorita rusa y Voltaren par aguantar la rígida suspensión del Porche. Eso era lo único que parecía preocuparles a esa subespecie. Con semejantes personajes lo tenían a huevo las entidades financieras para organizar el mayor festín que han visto los siglos. Y como la sociedad actual se mira más a las celebrities que a los Premio Nobel, el plan no podía fallar.

Quién no tiene hoy día a algún amigo, que no se caracterizaba por su brillantez y sin embargo debe no se cuantos millones de Euros. Pero la cuestión es, cómo alguien en su sano juicio le fía tal cantidad de dinero a un personaje así. La respuesta es clara, las cartas estaban marcadas. Y así fue hasta que toco el cambio de baraja.

Pero la banca siempre gana, y toda España se convirtió en un casino. Hasta podías elegir el crupier , según te apeteciera ir a la mesa de los ayuntamientos, donde también se repartían buena bolsas, comunidades autónomas, y hasta a la de los tribunales.

Pero ahora resulta que sus activos inmobiliarios no están en la baraja. Se acabo jugar con ocho reyes. El tres, ya no vale como un rey, sino por lo que marca. Más bien poco en una escala del uno al doce.

Pero la banca siempre gana. Cambio de baraja. Éstas sin marcar. Y de nuevo la banca. Ahora resulta que pide que le den más cartas que a los demás. A la vista de todos. Pero aquí ya se sabe , todo por la Banca.

Mientras tanto, autónomos, pequeñas y medianas empresas, ni les reciben en el casino. Jugando al cinquillo, en la puta calle.

Mejor pasear que caminar

Siempre resulta mejor pasear que caminar. Parece como algo antiguo, ñoño. Nos retrotrae a historias de nuestros mayores, paseando por las ramblas, muy cerca, hasta conseguir ese roce furtivo con los dedos de la mano. Todas las poblaciones que se precien han tenido una por lo menos.

Sin embargo, ese estilo de colocar un pie delante del otro no debería estar circunscrito a ese tipo de vías, casi circuito, por donde dejar pasar el máximo tiempo posible en llegar de un punto determinado a otro.

Del todo recomendable para los ciudadanos. Esta actividad resulta muy beneficiosa en según que circunstancias y casi un tratamiento para momentos como en los que vivimos.

Dentro de la comunicación no verbal todos los investigadores coinciden en que la postura corporal es un claro indicativo de la áctitud del sujeto. Cualquier persona un poco perspicaz lo tiene comprobado a la luz de la experiencia, sin embargo, no es tan conocido y no por ello menos demostrado que un cambio postural conlleva un cambio de actitud siendo el subconsciente el que toma el mando.

Esforzarse en pasear, en vez de caminar, cuando se va por el pan puede resultar un buen punto de partida. Pero la prueba definitiva estará en conseguir pasear, no cuando se va a un mandado, sino cuando uno se encamina a una cita, personal o profesional.

Las piernas se aceleran como si de una carrera se tratará, incluso hay quien hasta la inicia para terminar de cruzar un paso de cebra por ejemplo. Si además se “viaja” solo, la complicación aumenta de forma exponencial. Y si como dijimos la postura y el subconsciente forman vasos comunicantes, así vamos.

Por eso hoy más que nunca, resulta mejor pasear que caminar. Porque son muchas las oportunidades que tenemos para ponerlo en practica, y así iniciar un cambio. Un cambio que debe empezar en uno mismo. Y nuestra postura cambiará nuestra actitud. Ésta a su vez facilitará el cambio de la de nuestro vecino, y así podremos dar la vuelta a esta pandemia.

La mesa

Es bueno que la inspiración te pille en la mesa de trabajo. Siempre y cuando tengas mesa y por descontado trabajo. Parece, que nuestros dirigentes se han quedado sin mesa y, estar acostumbrados a no tener de lo otro, trabajo y/o inspiración.

De ahí la importancia del mejor invento tras la rueda. Y cuando digo tras la rueda no me refiero al espacio tiempo sino en términos de utilidad. La silla, elemento nada valorado por la sociedad salvo por algunos. Si es cierto que puede diferir del original, silla, transformándose en algo más blando, más acogedor y sobretodo más cómodo, el sillón.

El que se va a Sevilla pierde su silla. Y Sevilla arde de gentío aunque resulte difícil encontrar político alguno. Así pues tenemos silla, sillón, butaca, butacón. Pónganse los grandes genios del país a inventar de alguna manera, una superficie paralela al suelo, no importa con cuantas patas pero que se sostenga ofreciendo resistencia a la ley descubierta por Newton. Descubran pronto ese elemento, eso sí, con la suficiente altura para que nuestros protagonistas no lo confundan con el instrumento que suele ir acompañado de sabanas, porque de eso también saben hacer los mandamases. De hecho, se la suelen hacer incluso a sus propios compañeros en más de una ocasión.

Que tendrá la silla, sillón, butaca, butacón que nadie la suelta. No es la gomaespuma, ni el tapizado de piel, ya que el artilugio pegadizo también tiene la variante de banco, bancada, dispuesta en muchas ocasiones en semicírculo.

Encuentren por favor el complemento ideal, con las mismas características enganchosas, maximicen el I+D+I tan de moda actualmente. No se preocupen por los costes porque será fácil financiarlos por sufragio popular. Todo se dará por bueno si conseguimos que los prohombres tengan el mismo apego por su mesa que por su silla. Y en cuanto a la inspiración, seamos optimistas, llegará. Hasta a un tonto como yo, le llega.

La mala educación

Lo que podría entenderse como un maldito accidente, pasa a convertirse en un auténtico esperpento al conocer sus protagonistas.

Empieza a morirse gente esquiando, pero no, no piensen en la muerte blanca, conocida y respetada por cualquier montañero. En esta ocasión el cuerpo de la víctima no será encontrado tras el deshielo, porque esta vez no ha sido la formidable fuerza de la naturaleza la causante. En esta ocasión no hay más culpable que la mala educación.

Anacrónico, retrogrado, o incluso facha, pueden llegar a llamarte cuando pones de relieve uno de los grandes problemas que sufre nuestra sociedad. El hecho que nos ocupa llega al paroxismo cuando descubrimos, que es un profesor de esquí quien arrolló a la víctima. Quien debe enseñarnos, entre otras razones, para protegernos, es quien nos mata.

Hace unos días me comentaba un viejo catedrático, que ya se ha encontrando con profesores, filólogos, que hacen faltas de ortografía en sus clases. De acuerdo, es un ejemplo extremo, dirán algunos, pero sobretodo, es una consecuencia. Una consecuencia, de la pérdida total y absoluta de valores que impregna la sociedad española del siglo XXI y que se ceba en la enseñanza desde sus inicios. Desde el colegio actual y sus jergas: que si progresa adecuadamente, que si al niño cabrón le suspenden temporalmente el derecho de asistencia a clase, que si….Vamos, que lo de bien regular mal, ya no existe. No vaya a ser que el niño se desanime y termine necesitando una pléyade de psicólogos. ¿Dónde vamos a llegar?. Pues parece que estamos llegando.

¿Para qué sirve una buena educación?, llegados aquí, para evitar, entre otras cosas, muertes innecesarias. Y estaremos de acuerdo en que siempre será mejor llevar a los niños al psicólogo que al forense.

Decía Marco Aurelio: “Los hombres han nacido los unos para los otros; edúcales o padécelos.”. Pues eso.

Tras el duro invierno, siempre llega la primavera.

Bonito día. Quién se acuerda de las espectaculares nevadas de hace unos días. Medio país incomunicado. Nuestros políticos como siempre echándose los unos a los otros las culpas y mientras tanto los administrados haciendo noche en un arcén.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. Todavía están los bosques arrasados, el invierno rugió con fuerza mientras hasta los tejados llegaron a volar. Y una vez más fueron los propios ciudadanos los que en muchas ocasiones limpiaron urbanizaciones, calles y caminos.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca. Ya no nos acordamos de lo mal que se pasó cuando las aguas se desbocaron, el cielo parecía no dar tregua. Y como siempre, los habitantes de distintas localidades afectadas acabaron teniendo que limpiar sus casas y comercios.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca. Y la gente seguirá teniendo que tirar del carro. No se puede tener la seguridad de que nuestros políticos hagan algo, pero aún así, a pesar de ellos, hay algo seguro, y que siempre se cumple. Por duro que sea, no importa los cataclismos que ocurran, después del invierno, siempre llega la primavera.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca.

Bonito día. Ya está aquí la primavera.

Estos curas del demonio

Ave maría purísima la que han liado los obispos. Pues no se han creído que pueden hacer lo quieran como si fueran unos ciudadanos más. ¿De que?, pues no tienen morro ni.
Unos tipos que viven en otro siglo. La de veces que se les ve el plumero. La de veces que queda meridianamente claro que no viven la realidad actual. No entienden que la sociedad evoluciona y con ella las creencias.

Además utilizando su propio dinero que habrá que ver de dónde lo han sacado, porque ahora ya sólo les llega la pasta de los ciudadanos que rellenan la casilla. Tener que vivir de los que ponen una cruz en ella, ¿queréis cruces?, pues quitarlas de las aulas y ponerlas en la casilla.

Estos curitas que se creen superiores a los gurús de la india, los monjes tibetanos, o los pobres musulmanes arrinconados en nuestro país. Este país es un estado laico y los curas deben quedarse en sus iglesias. Deben dejar a la sociedad en paz y sobretodo no utilizar las herramientas que nos da la sociedad para luchar contra ellos. Tengamos en cuenta que ya desde hace muchos años que no esta bien visto quemar iglesias y hasta que ZP no le eche mas huevos así va a seguir.

Y para colmo pretenden utilizar los autobuses urbanos para colocar sus mensajes como si allí se pudiera colocar cualquier cosa que pueda hacer pensar a los ciudadanos. Es más, como si los ciudadanos pudieran pensar, en lo que quieran.

Precisamente acaban de prohibir en Barcelona, una campaña en la que se invitaba a pensar a los padres en que lengua querían educar a sus hijos. Cómo puede ser que prohiban eso, y dejen a los curas utilizar la publicidad, con su lenguaje particular en los textos, y sus particulares significados en las imágenes. Incluso llamando la atención como si fuera un anuncio más.

En fin, una inmoralidad.

Los autónomos y Teruel , ¡Existen!

Excepcional reportaje de Barroso para Los Domingos de ABC. Separata del mismo que se publica cuando su nombre indica. Afea un tanto el tratamiento fotográfico, dándole una sensación añadida, que en este caso la decanta en exceso hacia el tenebrismo. Por lo menos es el regusto que queda al ver las caras con las que nos miran los fotografiados. Mucho más acordes quizás las que inician el trabajo.

Reportaje interesante por su contenido pero sobretodo por la forma de cocinarse. Por demostrar que en este océano de reporterismo de mierda que invade nuestros medios, todavía existen reporteros. Al menos, entendiendo por tal, al menda que firme escrito, con referido título.

Aquí no hay robados ,ni posados, ni leches. Aquí hay lo que hay. Y es que hay en España más de tres millones de personas en la puta ruina. Y hasta ahora no se les veía, por algo tan simple como estar dado da alta como Autónomo.

Como no, la radio como genesis del descubrimiento. Aquel medio que muchos arrinconaron tras la aparición de la televisión, pero que hoy, se cuela con fuerza por internet. Una vez más, la Escuela marcando el camino de la excelencia.

El cuadrilátero

Con la rodilla al suelo esperando oír cantar la cuenta de protección. En la esquina se respira con dificultad, en la mano la toalla que aprieta un brazo con todos los músculos en tensión. Nuestro hombre lanza una mirada alrededor y agacha la cabeza. Espera que la cuenta llegue a ocho. Intenta respirar. Con dificultad, rellena con lo que puede su capacidad torácica, al máximo, y expira esperando notar al cerrar los ojos, como el oxigeno corre por sus venas hasta llegar a las puntas de sus extremidades.

Algunas partes es como si ya no estuvieran. Futuras cicatrices que señalan que hubo algo que ya no está. Que importa si la herida está en la mejilla o ha sido la parte emocional, la autoestima, la más dañada. Quizás lo que falta es aquel departamento que con tanta ilusión buscaba soluciones para la mejora de su empresa.

Porque de lo que estamos hablando y que podría ser una escena sacada de una creación “stallionana”, es la realidad actual para muchas de las empresas y empresarios de este país.

Esperando el final de la cuenta de protección. Especie de cuenta atrás para tomar decisión. Y afortunado se puede considerar el que pueda mantenerse con la rodilla en la lona con la incertidumbre de si se levantará antes de llegar al final. Muchos, cabizbajos, saben, que si bien no besaran la lona, tampoco serán capaces de levantarse antes de que la cuenta llegue a diez.

Esta vez no ha sido un gancho ni un directo. La financiación. Ha venido en forma de financiación, o la carencia de ésta más bien dicho. Las entidades financieras en un fantástico juego de pies han asomado, y en lo que podría tantearse como golpe bajo, el árbitro lo acepta como bueno resultando ser el golpe final.

Y para colmo el de la toalla en vez de volar a dar aire al noqueado, corre a secar el sudor del púgil más fuerte. Este para colmo es el que se queda con la bolsa, ¡menudo botín!.
Pobre España.

El Rey Sol del S.XXI

Supongo que su casa debe estar llena de espejos. Si Raúl dispone de una cámara especial para mantenerse en forma, el ínclito individuo en cuestión debe pasar largas horas en la suya, más especial todavía. La imagino toda forrada de espejos, suelo incluido claro, porque del techo para que decir.

Espejos con un punto de graduación, cual lentes de aumento, para devolver una imagen engrandecida. Espejos en diferentes posiciones y ángulos de modo que el reflejo se multiplique hasta el infinito dando la absoluta sensación de la ubicuidad.

Presentarse a Mister españa le pilla mayor, pero es que además lo que siempre había deseado de verdad es ser una Miss. Miss Mundo. O mejor Miss Universo. Pero unas oposiciones se cruzaron en su camino y acabo ensuciando el bello oficio de Juez.

Como todo freak tiene sus detractores y sus aduladores. Pero si algo tienen claro en la profesión, es que hace mal su trabajo. Como Juez instructor no tiene parangón, más que instructor es un auténtico destructor. Son numerosísimos los casos instruidos por él que acaban en la papelera. Y mientras tanto la Justicia, sin medios y a paso de caracol. Eso sí, el Antoñete de la judicatura se puede permitir el lujo de ir, como aquel, a hacer las américas, y a diferencia del Matador, manteniendo suculenta paga en la piel de toro.

Andan a la greña los unos y los otros por él. Y no deja de ser curioso que por el simple hecho de ir a la contra de unos, los otros, se conviertan, todos en uno, en su mejor paladín. Olvidaron éstos que hasta en el trullo les metió cuando le rompieron el que tenía que ser su más ambicionado espejo.

El arte de la vergüenza y la vergüenza torera

La fiesta está que arde y parece querer darle fuerte revolcón a Francisco Rivera Ordóñez, o mejor dicho , a Fran Rivera, Fran a secas para los del colorín.

No es en esta ocasión un furibundo morlaco el que le ha quitado el sitio al matador sino la esencia de su propio mundo taurino.

Y con esto, el romanticismo decimonónico de los piques entre poetas, se traslada del callejón del gato a las avenidas de los massmedia.

Quiso la decencia torera no mezclarse entre las informaciones de color rosa, a pesar de no poner reparos en dar buena cuenta de las protagonistas de esas páginas de papel couche. Pero de siempre, por algo es tan tradicional la tradición, el matador debía mostrarse al público casi como un monje. De vida casta y recogida. Asceta y apretado en cuanto a sus pasiones como el traje que viste para burlar a la muerte, así y sólo así, podrá el matador soltar todo lo que lleva contenido, en la plaza. Podrá eyacular, en su sentido etimológico de lanzar al exterior, lo que se lleva dentro. Arte y pasión legendaria.

El percal no es malo por si mismo. Más bien al contrario, se enroca en sus posiciones más tradicionales. Aparece el pique, y de la misma forma que azuzó a poetas como Quevedo y Góngora para que colocaran letras y fonemas en su punto justo, aquí y ahora parece atizar los rescoldos de la hoguera taurina. Ésta, necesita de las llamas y huye de las cenizas cual ave fénix. En esta caso las letras a colocar son chicuelinas, derechazos y pases de pecho, mientras los sonidos, son el terreno y cargar la suerte.

Dejando claro lo positivo del pique en cuanto a la carga de romanticismo y espoleta revitalizadora, al Cesar lo que es del Cesar. Quiso el destino que Francisco Rivera viniera al mundo en el seno de una familia mítica en el mundo taurino. Tan mítica que otros mundos la quisieron para si. Pudo haberse mantenido al margen el diestro, pero difícil resulta cuando apareces todavía en pañales en las revistas de mal llamado corazón. Aunque sea en brazos de un torero de casta, que es lo mismo que decir de corazón, en este caso literal.

Así pues, es ese corazón, el de las revistas, el que ha jugado en contra durante toda la carrera del matador. De forma que muchas veces eran las propias páginas las que impedían ver el auténtico corazón de Rivera Ordóñez. Ese músculo que bombea constantemente una sangre bendecida por el don del toreo. Y si alguien duda de esto no tiene más que ir a ver a los ruedos a Francisco Rivera Ordóñez. No encontrará la mano baja y lenta de El Cid ni muchísimo menos, eso no lo dan los genes sino la varita mágica del Duende. Pero por el contrario encontrara una sabiduría extraordinaria para alguien tan joven. Salga quien salga de chiqueros, Rivera Ordóñez es capaz de interpretar la partitura sin aparente dificultad. Donde muchos se quedan, Rivera Ordóñez sigue, su trasteo demuestra un conocimiento total sobre el toro y el toreo. Hace su trabajo, lo lleva en la sangre.
Como escribe Juan Posada , “si a lidiar toros bravos se le denomina arte de torear, todos los que lo hacen son artistas y, como no, acreedores de la Medalla de las Bellas Artes”.

El histrión del Lumpen

Maestro, único, irrepetible. Paco Rubiales se ha ido para no ver más el desatino al que nos vemos abocados. Ante su alergia rubicunda que le provoca la derecha extrema, y visto que no hay manera de que los socialistas pasen por el gobierno sin que esto se vaya , a la mierda, parafraseando a otro gran maestro de la escena.

Pepe odiaba al “Pepé”, paradojas de la vida. Siendo archiconocida esta causa como su mayor cruzada, no deja de ser curioso que entre sus seguidores se encontraran numerosas personas de dicha ideología. Sin duda clara demostración de su maestría.

Porque el alter ego de Paco Rubiales, Pepe, ha sido el más grande. Incuestionable hasta tal punto que podía tomarse la licencia de insultar sin tapujos a parte de sus admiradores.

Provocador por naturaleza, era inevitable. La provocación le salía de la medula, a borbotones. En su época final los chorros formaban cascadas, sabiéndose liberado de clientelismos, sabía que tenía carta blanca, y la usaba por puro disfrute.

Porque Pepe, aún actuando solo, no era un francotirador, que va. Cuando se ponía en marcha era como una unidad acorazada, y ya no lo paraba ni dios. Ay dios, a buen seguro ya tendrá montado un guirigay en el cielo. O en el limbo, esto quizás más probable.
Cabezón como era habrá sido capaz sentar en la platea del limbo a todo el quién es quién del más allá. Y los arcángeles de la tercera fila recibirán los escupitajos que desde el gallinero les lanzan los demonios, mientras aquellos les lanzan palabras de amor para defenderse. Y con todo, todavía sin empezar la función, Pepe, desde bambalinas, asomará su sonrisa tras el telón antes de salir a escena.

Ningún tramoyista era capaz de cambiar de decorado tan rápido como Rubianes. Ahora estamos en el altiplano ahora en el amazonas y de repente en Ripollet, sin olvidar los mejores decorados de su amada África negra. Negra teléfono, de baquelita, claro.

Y todo, todo con su voz. Un escenario desnudo y su presencia, su presencia lo llenaba todo. Su voz adornaba de colores el decorado, sabores y olores inundaban la platea. Todo, todo, con su voz y su presencia, allí, en el centro del escenario, en lo alto, como un dios irradiando su energía. Tieso como un Massai

Pies juntos, brazos en jarras. Sonrisa. Que empiece la función.

Somaten, talante y talento

Sigue en estado de shock el gobierno de España. Incapaz de reaccionar más allá de las necesidades imperiosas de votos, el psoe una vez más se dedica a lo que mejor sabe hacer, perseguir votos. Ahora le toca a Galicia y Vascongadas, toda la maquinaria trabaja a destajo en la cosecha. Los problemas que acucian al país, ya se tratarán más adelante, a ver si hay suerte y se arreglan por si solos.

Mientras tanto, un empresario de Lleida intenta salvar su empresa a los Jesse James, y a un ciudadano se le va la pinza y tunea un bar de putas en etarrolandia. Bien es cierto que al bar no van las señoras putas sino sus ínclitos hijos. Como también es cierto que el empresario no le ha descerrajado un tiro en la frente a nadie en este lado del Misisipi. Pero salvo matices, parece claro que algo se mueve.

En las comarcas de Cataluña fue muy conocido en otros tiempos el Somaten. Cuadrillas de ciudadanos de a pie que se organizaban para mantener el orden en su comunidad. A algunos estoy seguro que les puede parecer impropio según que actuaciones, pero lo que esta claro, es que cuando un gobierno no actúa al final se impone la actuación de la ciudadanía.

Seguro que habrá quien opine que efectivamente se debe actuar, pero en las urnas. Pero qué ocurre cuando el tiempo apremia, y lo más importante, nuestro gobierno se limita a esperar que pase el tiempo y que éste, todo lo arregle.
¿Cómo?, muy sencillo. Señor empresario atracador, usté esperese hasta que le vuelva a tocar votar, hombre. Y a lo mejor, para entonces, su empresa se ha ido ya a la mierda e incluso usté puede llegar a pasar unos días de asueto con todos los gastos pagados... por instituciones penitenciarias. Tachiin!, ya no hay empresa, ya no hay empresario, ¿dónde está el problema?. Muerto el perro muerta la rabia y todo solucionado.

Y lo mismo con el caso del Señor Emilio Gutierrez. Es que uno no puede actuar por cuenta propia, pensarán aquellos. Volvemos con las soluciones Zapatero: del buen talante y no hacer nada, a ver si el paso del tiempo resuelve el problema. Don Emilio, esperese usté hombre, sólo le han quemado su casa. Su padre, su madre, su familia vamos, todos están bien. Incluso usté tiene todos los miembros con los que nació, por no faltarle, no le falta ni un solo dedo de las manos, ni siquiera un mal dedo gordo del pie le han pisoteado esos chicos tan majos de la serpiente y demás.

Algo se está moviendo en este país. La ciudadanía empieza a tomar soluciones personales ante la ausencia de movimientos de quien los debe de encabezar. Que suerte no tener que estar en el pellejo de quien deba juzgar a estos dos personajes. Suponiendo que haya algún juez disponible, esto es, que no esté de cacería matando venados con o sin licencia, o este por Israel persiguiendo sucios judíos o tras algún dictador sudaca de mierda por el cono sur.

En fin, Sr. Gutierrez, la próxima vez que quiera cambiar la decoración de un bar de putas, de sus hijos vamos, hagamelo saber, que tengo pensadas unas nuevas ideas de lo más, talentosas. Porque este país, España, quizás necesite un poquito menos de Talante, y un poquito más de Talento.