Irrespirable!

Es horrible la persecución a la que me veo sometido. No es paranoia aunque a veces sueño que despierto y que todo ha sido un sueño. Pero lo cierto es que encuentro de dudosa Justicia, así con mayúsculas, el trato que se dispensa a los fumadores en lo que pretende ser la sociedad del progreso. Se ha conseguido crear un clima mucho más asfixiante que el humo de un Perkins al coger una cuesta.

Porque las agresiones provienen de innumerables lugares y modos, en definitiva un ambiente, poco menos que cargado. Irrespirable.Así, deberían ponerse en contacto todos los sistemas de supervivencia, innatos a todo ser humano y que nos han permitido estar aquí desde el inicio de los tiempos. Pero tampoco hace falta indagar en la historia, en los tiempos de ahora la ignorancia sobre el pasado conlleva muchos de nuestros desastres, bastará con hacer un ejercicio simple de memoria. Absténganse los imberbes porque Su Historia es Ayer, con lo que deberán recurrir a eso que les da grima, leer alguno mas de ciento cuarenta caracteres.

Pero no hace tanto, se nos educaba en el buenismo y mejorismo, esto es, se trataba de llegar a ser básicamente una persona buena y a ser posible, la mejor. El caso es que llegado el momento de pasar de cachorro a adulto en nuestra especie nos inventamos mitos. Personajes, figuras a las que imitar. Y entre otros detalles, como que los hombres no lloran, lo que estaba claro es que un hombre, y ya no te digo de pelo en pecho, fuma!. Ya lo he dicho!, a pesar de correr el riesgo de ser detectado por algún software espía y acabar en el trullo.

Como sigo aquí, y todavía nadie me ha recriminado seguiré. Sí, si quieres ser un Hombre, Fuma!, Los Hombres fuman. Pero, ¿y las mujeres?. Para las mujeres fue algo más que un placer, como canta el cuplé. Para las mujeres significó una de las conquistas más relevantes de toda una época. Una Mujer, una mujer moderna, independiente, que no necesitaba la firma de un hombre para abrir una cuenta en un banco, esa, esa Mujer, fuma!. Ya no te digo, la Señora.