Estamos donde estábamos. Ante un
problema serio, de difícil solución tal como están planteadas las posiciones.
Los unos no quieren a los otros pero sin los otros no hay solución posible.
Estamos como estábamos, ante el Nudo Gordiano.
Con el tiempo se confundió y/o
fundió historia y leyenda, algo habitual en la época, el caso es que decía,
que quien pudiera deshacer aquel nudo tan divinamente realizado por Gordias conquistaría
Asia.
Y llegó un tal Alejandro,
Magno, para más señas, que se entera de la historieta. Y para allí que se va, pues tenía entre sus planes conquistar Asia. Tras las típicas presentaciones
según hacían en esa época, su anfitrión empieza a contarle como había ido eso de
la elección de Gordias y de su ofrenda a Zeus. Le volvió a contar la profecía:
conquistaría Asia quien pudiera deshacer aquel fantástico nudo del que cabo
alguno sobresalía y… Zas!. El Magno que ni corto ni perezoso le endiña un viaje
con la espada y el famoso nudo a hacer puñetas. “Tanto monta” cuentan que dijo
Alejandro sin pestañear. “Tanto monta deshacer que cortar”. Y conquisto Asia.
Pasaron los años pero esa
historia perduró, como suele pasar con todo lo que las vivencias tienen de lección
para las sociedades. Y así fue en estas tierras donde incluso formó parte del
escudo de nuestros primeros gobernantes. De los que son considerados los primeros,
los que se inventaron esto de España. Los católicos les llamaron, pero no fue eso
sino aprender las lecciones que da la historia lo que les hizo, nos hizo,
grandes.
Parece claro que hoy nuestros
gobernantes no serán recordados por católicos. Tampoco creo que esa sea la solución.
Sin embargo, no estaría de más recordasen a los clásicos. Monta tanto, que más
da, cortar que deshacer. Lo importante ante un problema es, actuar. Nos lo
enseño Alejandro y nos lo recordó Fernando. Ahora le toca a nuestros
parlamentarios. Tenemos ante nosotros un marrón. Tanto monta
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