Pongamos que hablo de Madrid

La línea 4 de Metro de Madrid sale de la Puerta del Sol, Km 0. Punto de encuentro de todo tipo de criaturas humanas. Es algo más que un trozo de terreno. Está cargado de significado y/o significados, pero por encima de todos ellos sobresalen el de hermanamiento y el de igualdad en esa unión.

En este año que aguarda, quisiera invitarte a que transites por dicha línea. Que te unas con tu vecino, que pongáis el cuentakilómetros a Cero y lo más importante, que a pesar de las incomodidades, de las estrecheces propias del Metro, de la claustrofobia y la oscuridad del túnel, lleguéis a la estación final de trayecto. Sobre la estación encontrareis una plaza donde tras salir del subterráneo, volver a disfrutar de la luz del Sol. Aprovecha estas fiestas y súbete a ese Metro.
Línea 4, estación, Prosperidad.

Educación, corrupción, crisis

Por primera vez veo que se hace algo contra la crisis. Una actuación de prioridad absoluta para, por lo menos, amainar la crisis… próxima. Actuar sobre la educación.

Un país en el que su juventud esta deseando sacarse unas oposiciones para ser funcionario es un país enfermo. Y no hace falta que vengan de Pisa con un informe a decírnoslo.

Hay quien a boca llena y pecho henchido agitan cual garrote las llamadas políticas de empleo. Y terminan montando un observatorio, o un instituto, o un ente, o un su puta madre para colocar a  primos y queridos.

Si en el colegio se les educa en el odio a lo que sea (sea a España, o al bolchevique) y cuando crecen su gran objetivo es ser funcionario para chupar, es normal que si hacen carrera política chupen. Lo que ocurre que a eso, le llamamos corrupción. Pero la gran mayoría harían lo mismo si pudieran y estuvieran en el lugar adecuado.

Y es que el servicio público es una tarea vocacional. Pero no hay vocaciones. Y no hay vocaciones porque no hay valores claros hacia los que encaminar sus pasos debiera toda sociedad como tal.

Así que este es un país ENFERMO. Enfermo en educación. Pero no en matemáticas o literatura, sino en Educación. En esfuerzo, valentía, riesgo, constancia, honradez… póngale lo que quiera pero desde luego NUNCA educarlos en El Maná, solamente a Juan Luis Guerra le llovió alguna vez café. Y no era verdad, era una canción habría que aclararle a más de uno.