La España apepinada

La princesa – ahora cualquiera puede ser princesa- del pueblo –ahora cualquier barrio marginal se equipara a una bucólica villa rural- tendrá programa propio en prime time. The show must go on. Y España apepinada.

Opiniones las habrá como los colores, pero ay! de quien desde dentro de la profesión se escandalice, y por ende publicite gratuitamente dicho esperpento.

Naturalmente no distingo entre la del bollo y la de la vena. Una no es lo que sabe sino lo que hace con lo que sabe y para el caso, las dos hacen lo mismo. Ahora bien, ¿que pasa con la profesión?. Lo he visto en redacciones y cualquiera lo puede ver en directo. No hace falta acudir a la prensa rosa(?) para encontrarse la alargada y oscura sombra de las nuevas tecnologías. En la redacción se cambia la agencia efe por Twitter, y en directo!, dan por bueno el comentario de hace 2 minutos en facebook. Un periodista hecho y derecho en una tertulia política atendiendo su celular, iphone, ipad, isuputamadre, ...pero esto que es!! Celebre estallido off the record de nuestro entrañable Matías.

El ilustre Maestro, segunda generación de Maestros, fue pillado en monumental cabreo ante un fallo del directo que podría erosionar su credibilidad, qué opinará en la intimidad ante monumental disparate.

Porque la barbaridad no resulta del uso de herramientas determinadas sino de confundir la herramienta con la tarea. Y de esta forma las nuevas tecnologías que sin duda facilitan exponencialmente muchos trabajos, pueden ser causa de defunción de otros. En el periodismo el tratamiento de la información es ineludible, es, La Tarea , de cualquiera que quiera vivir de ofrecer información. Lo otro, son rumores, y para eso teníamos a la portera, a la verdulera, al quiosquero. Hoy tenemos a La Esteban.



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