El arte de la Política

Aquí andamos a la greña mientras los demás despegan, y no se sabe si la bulla está en no despegar, o no despegamos por la bulla. Contaba aquel las maravillas de su burro antes de venderlo. Al día siguiente, ante las protestas del comprador por la cojera del burro, le recomendaba no fuesen en exceso altisonantes sus comentarios sobre el burro, si  es que a su vez, lo pretendía vender.

Suponemos que los prohombres que nos gobiernan son tal, mientras nos encontramos quien a todo volumen convoca referendum para elegir entre Toros o Trabajo, que con la que esta cayendo es como globalizar que el burro no solo esta cojo sino además tuerto.

Esta claro que con el engaño no se puede ir más alla de una buena prosa heredera de la picaresca, pero cristalino resulta, que la algarabía contínua no lleva a nada bueno máxime cuando son muchos los ojos y los oidos que observan.

Desde dentro, el adversario busca los puntos de flaqueza por donde atacar pero, ay…cuando hasta son los tuyos los que alborotan.

La casta política gusta de medidas populares, son su crédito para su sillón, que por mor de su posesión creen será posible la usucapio romana y convertirlo en propiedad. Algunos apellidos parecen haberse heredado en alguna de las cámaras al más puro estilo república bananera.

Por suerte, todavía hay quien esta dispuesto a perder unas elecciones por ayudar a su país. Quien se atreve a tomar medidas tremendamente impopulares, quien mantiene la calma ante las dentelladas de sus propios partidarios, quien a pesar de todo, entiende que su principal objetivo debe ser una buena gestión, y que seguir el rumbo implica aceptar las declinaciones para reconocer el buen Norte.

Decía Cánovas del Castillo acerca de la Política, que es “el arte de aplicar aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible”. Pues eso, que la bulla de paso a la Politica y pongámonos a hacer Arte.

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