Tras el duro invierno, siempre llega la primavera.

Bonito día. Quién se acuerda de las espectaculares nevadas de hace unos días. Medio país incomunicado. Nuestros políticos como siempre echándose los unos a los otros las culpas y mientras tanto los administrados haciendo noche en un arcén.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. Todavía están los bosques arrasados, el invierno rugió con fuerza mientras hasta los tejados llegaron a volar. Y una vez más fueron los propios ciudadanos los que en muchas ocasiones limpiaron urbanizaciones, calles y caminos.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca. Ya no nos acordamos de lo mal que se pasó cuando las aguas se desbocaron, el cielo parecía no dar tregua. Y como siempre, los habitantes de distintas localidades afectadas acabaron teniendo que limpiar sus casas y comercios.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca. Y la gente seguirá teniendo que tirar del carro. No se puede tener la seguridad de que nuestros políticos hagan algo, pero aún así, a pesar de ellos, hay algo seguro, y que siempre se cumple. Por duro que sea, no importa los cataclismos que ocurran, después del invierno, siempre llega la primavera.

Bonito día. Que dulce puede llegar a ser el sol. El final del invierno se acerca.

Bonito día. Ya está aquí la primavera.

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